El poder que posee la persona admirada sobre la persona admiradora o fan en una relación parasocial es peligroso cuando la primera se da cuenta de su influencia en la vida de los demás, pero, más aún, cuando disfruta de controlar a sus fans para su satisfacción. El asesinato, porque no hay otro nombre dado el descarado desprecio de Travis Scott por la seguridad de sus fans, de 8 personas en el concierto de Astroworld parece ser uno de los ejemplos más extremos de esta peligrosidad que representa la embriaguez de poder de una persona famosa, en este caso Travis Scott, hacia sus admiradores.
Las imágenes desgarradoras de personas desfalleciendo mientras son aplastadas por otras, en medio del sonido retumbante de los speakers, lo son más aún cuando se observa la proximidad de la mirada Travis Scott, quien sigue bailando sobre el escenario y emocionando a la multitud como si no hubiera pasado nada. La mayoría de personas están de acuerdo en que el cantante debió parar el evento inmediatamente cuando vio la conmoción en el público, sin embargo, algunos fans acérrimos del rapero afirman que no pudo darse cuenta de lo sucedido. A pesar de que ingresaron ambulancias al evento que tuvieron que transportar a los heridos y fallecidos, y Travis Scott continuó con el concierto, hay fans que lo defienden. Tal vez eso es lo que produce más terror sobre el incidente; que, a pesar de claras evidencias de que una persona fue responsable de la muerte de 8, entre ellas un niño de 9 años llamado Ezra Blount, existen personas que siguen admirándola. Hay fans que defienden a Travis Scott hasta ahora y que probablemente seguirán defendiéndolo a pesar de que nunca lo han conocido personalmente, a pesar de que pudieron ser víctimas mortales de Travis si hubieran ido al concierto, a pesar de que el cantante hasta ahora no haya pedido disculpas a las familias de los jóvenes que murieron ese día, a pesar de que Travis sí detuvo un concierto cuando le robaron sus zapatos de marca. Esa es la naturaleza retorcida y a veces incomprensible de las relaciones parasociales que ciegan a fans y empoderan a celebridades sin importar su valores o intenciones.
Meses antes de la tragedia, la página web de Astroworld invitaba al público del evento a “Abrir sus ojos a un universo completamente nuevo”. Travis Scott parece haber cumplido con su promesa: Abrió los ojos de sus admiradores a un universo de dolor, trauma psicológico permanente y, para algunos, de muerte. Abrió los ojos de los padres de familia al universo de la impotencia y luto por un hijo asesinado sin poder hacer nada por salvarlo. Y abrió los ojos a la sociedad a parte del universo en que vivimos en la cultura contemporánea actual. Un universo donde nuestra deshumanización es común en las relaciones parasociales que mantenemos día a día con perfectos desconocidos con el poder de manejar en sus manos nuestro futuro.
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