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Foto del escritorVíctor Andrés García Belaúnde

Rivalidad, odios y mesianismo

30-04-2023-ContraPoder (Diario Expreso)


Desde el inicio de nuestra historia los antagonismos por alcanzar el poder nos dieron desastres y calamidades y por la falta de unidad y cohesión, fue como nos encontraron los españoles en plena guerra civil y cuando llegó la independencia nos dividimos entre monarquistas y republicanos; siguiendo la anarquía de los caudillos quienes se turnaban la presidencia hasta que aparece la Confederación Perú boliviana. Gamarra se opone al proyecto de Santa Cruz porque había dividido al Perú en dos países frente a la unidad de Bolivia, con ayuda de Chile vence a los confederados en Yungay el 20/1/1839.


Bandera de la Confederación Perú-Boliviana


Las rivalidades más arraigadas en nuestra historia se encuentran en la anarquía que hubo en la Guerra del Pacífico de tal manera que son personajes irreconciliables Prado, Piérola, Cáceres, Montero, García Calderón e Iglesias, para ellos todos eran salvadores de la patria, y sus odios hasta hoy nos alcanzan porque sus defensores y detractores mantienen viva aquella rivalidad. En 1895 Piérola depone al general Cáceres, haciendo más tirantes las relaciones de civiles y militares.


El golpe de estado de 1919 consolida la odiosidad entre Leguía y el partido Civil, esto no se lo perdonan y en 1930 el comandante Luis M. Sánchez Cerro derroca al mandatario lo apresan hasta su muerte el 6/2/1932. Se crea el Tribunal de Sanción Nacional que persigue a los leguiístas. En 1931 Sánchez Cerro gana las elecciones y el Apra no reconoce su triunfo y se levantan contra él, muriendo asesinado un día como hoy en 1933. Oscar R. Benavides mantiene al Apra y a los comunistas como partidos proscritos.


El general Manuel A. Odría inicia un gobierno de persecución contra el Apra ante los resultados del gobierno de Bustamante. En este periodo el ministro de gobierno, Alejandro Esparza Zañartu (hoy sería ministro del Interior), logra montar una red de persecución, torturas y deportaciones, contra apristas y comunistas, y censuraba a los medios de comunicación.



Manuel Odría


Manuel Prado regresa a la presidencia y por afianzar su gobierno pacta con el Apra, esta convivencia tiene resultados en las elecciones fraudulentas de 1962, un golpe militar termina con el gobierno y en nuevos comicios es elegido Fernando Belaunde, probando la irregularidad de la elección anterior. Belaunde no tiene mayoría en el Congreso y se unieron contra su gobierno el Apra y los odriístas, las víctimas y los victimarios.


Acusaciones por la pérdida de una página en el contrato entre la EPF y la IPC, dio inicio al complot para sacar a Belaunde del poder, porque en forma paralela se investigaba en el Congreso el escándalo del contrabando que se pensó era realizado por autoridades civiles, cuando estaban comprometidos los altos mandos militares y para evitar que se conozca todo el tinglado, el general Velasco da el golpe de estado del 3/10/1968; para ganarse a las clases más desposeídas del país expropió los grandes latifundios y se los entregó a los campesinos. Expropió los medios de prensa, controló al Perú a base de deportaciones y carcelería a sus opositores y algunos lograron salir del país.


Francisco Morales Bermúdez


El nuevo dictador Morales Bermúdez heredó el aparato logístico de Velasco manteniendo el encono que su antecesor había dejado, hasta entregar el poder nuevamente a Fernando Belaunde en 1980. En 1985 es elegido Alan García cuyo gobierno es desastroso, con políticas populistas quiso expropiar la banca, y para evitar que sea electo el FREDEMO liderado por Mario Vargas Llosa, apoya a Fujimori quien empieza una vez elegido confrontar a los partidos políticos y dar el autogolpe de 5 de abril de 1992, empoderado por haber capturado al delincuente terrorista Abimael Guzmán, cambia la Constitución en 1993


A la caída del régimen de Fujimori, Alejandro Toledo culpa de todo a los fujimoristas y en su gobierno se inicia uno de los modelos más controvertidos de la politización de la justicia y el antifujimorismo es usado en la elección de Humala, Kuczynski y Castillo, con las consecuencias que ya conocemos, agravadas cuando Vizcarra llegó al poder que al no tener respaldo en el Congreso decidió cerrarlo porque las investigaciones del caso Odebrecht llegaron a su empresa y familia, gobernando como un dictador durante 5 meses.


Vacado Vizcarra por incapacidad moral, asume Manuel Merino y luego Francisco Sagasti quien descabezó a la policía destruyendo su institucionalidad. Así llegamos a la elección de Pedro Castillo cuya premisa principal fue simple, fomentar el odio entre peruanos en su campaña por la presidencia y en unos Consejos de Ministros descentralizados donde imponía su resentimiento ante la precariedad nula gestión de su gobierno.


Presidentes desde 1990 hasta 2022


Esto nos da una idea que siempre hemos tenido discrepancias y pocos momentos las hemos mantenido en equilibrio como en la época de Castilla o la etapa de la República Aristocrática; los odios del pasado se mantienen y aun generan aversión como son Leguía, Velasco y recientemente Fujimori. Y esto no solo es en el Perú, porque en todas las sociedades existen animadversiones, la diferencia es otros las superan, en el Perú no, y no se asumen responsabilidades, el viejo adagio de “divide y vencerás” se mantiene.


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