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Foto del escritorPiero Gayozzo

Qali Warma y la urgencia de una reforma corporativista

Qali Warma es un programa social del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS) que tiene como objetivo brindar alimentos a estudiantes de colegios públicos. Fue creado el año 2012 en el gobierno de Ollanta Humala como reemplazo y supuesta mejora del Programa Nacional de Asistencia Alimentaria (PRONAA) que venía operando desde 1992. A pesar de la intención de aumentar la calidad nutricional de los alimentos y el alcance del servicio siempre ha estado rodeado de corrupción e irregularidades.



Ni bien comenzó sus operaciones, el 2013, al inicio del año escolar, se reportaron 48 niños intoxicados en Cañete. En los meses siguientes hubo reportes de niños con vómitos y diarreas en Casma, desayunos en mal estado en Huancayo, entrega de panes con hongos en Puno, leche en mal estado en Pasco, alimentos malogrados en Ayacucho, 34 estudiantes en situación de emergencia en Junín más intoxicaciones en Cusco, Huánuco, Apurímac, Huancayo, Chilca, Chimbote, Ucayali, Villa el Salvador, Loreto, Tarapoto y la lista incluye también incidentes del 2014


El año 2016 más casos se reportaron más intoxicaciones en Áncash, hallaron larvas en conservas de pollo en Huánuco, 200 kilos de harina vencida en Amazonas, ratas e insumos vencidos en almacenes de Piura, El año 2017 se identificó la presencia de gusanos en conservas de caballa provenientes de China que iban a ser repartidos al programa Qali Warma. Esto significó la inmovilización de 44 mil latas. El año 2015 se destinaron 1 217 millones de soles en Qali Warma lo que lo convirtió en el programa social destinatario de mayor gasto público en el gobierno de Humala. 


El escándalo más reciente ha sido la intoxicación de escolares en Puno luego de haber consumido productos de la marca “Don Simón”. Aunque el hecho ocurrió en marzo, recién se reveló la existencia de una red de corrupción al interior del programa, las coimas con las que la empresa Frigoinca SAC, productora de las conservas “Don Simón”, lograba los millonarios contratos, y la posible participación del entonces director de Qali Warma y ahora vocero presidencial Freddy Hinojosa.  


¿Cómo es posible que un programa social destinado a beneficiar a nuestras futuras generaciones y que encima significa un alto costo público brinde un servicio tan desastroso? La noble misión de un Estado preocupado por su infancia se ve vilmente tomado por delincuentes que ven en este servicio la oportunidad para lucrar de la forma más descarada posible. Qali Warma se ha convertido en el mecanismo perfecto para enriquecer a oportunistas y delincuentes con nuestro dinero a costa de la salud de nuestros niños. Es una situación inaudita. Ni bien fue creado las denuncias empezaron a llegar. ¿Dónde está el sistema de gestión de calidad? ¿Qué más están haciendo la Defensoría del Pueblo, la Contraloría, los ministros y demás autoridades para evitar que estos lamentables episodios se repitan?


Podríamos aproximarnos a una posible solución si pensamos en estructuras de gobierno diferentes como el corporativismo. El corporativismo intenta conciliar las fuerzas vivas de una sociedad para construir en conjunto una visión de país. Las fuerzas vivas son aquel grupo de unidades sociales destinadas a actividades económicas, científicas o de organización social, por ejemplo, los gremios mineros, madereros, agrarios y de distintos rubros económicos, los colegios profesionales, los centros de investigación o las ONGs y otros colectivos. En una estructura de gobierno corporativista las fuerzas vivas apoyan al Estado en el cumplimiento de sus funciones, coordinan directamente los planes de acción y participan de acuerdo a sus especialidades, pues todos comparten el mismo territorio y forman parte del mismo sistema sociopolítico. 


Siguiendo la receta corporativista, el Estado peruano debería llamar a las empresas más sólidas y de prestigio del rubro alimentario que operen en nuestro país para que se sumen en la creación del Estado y la prestación del servicio de Qali Warma. Alicorp, Laive o Nestlé deberían ser los proveedores principales de los alimentos que se brinde a los estudiantes en condición de vulnerabilidad y necesidad. En servicios como este, no se puede arriesgar a que una empresa cualquiera, improvisada y sin experiencia o creada por algún conocido de algún director o gerente de una institución pública, aproveche sus contactos para presentarse como la opción más barata. No debemos arriesgar bienestar por buscar precios más bajos. No se puede abusar de la necesidad de poblaciones vulnerables que, una vez perjudicadas, no serán oídas ni tendrán la fuerza para reclamar o ser compensadas. 


Invitar a las empresas privadas de mayor prestigio es una práctica necesaria para asegurar servicios de calidad en general. Que el Estado les pague por sus servicios de calidad aseguraría que Qali Warma no vuelva a ser imán de delincuentes, además de que fortalecería el crecimiento de la industria local. Niños bien alimentados, un Estado que gasta bien el dinero de todos y empresas locales que contribuyen al crecimiento del país a cambio de un pago que mejoraría el mercado laboral y sus servicios. Es una situación en la que todos ganan. Es así como funciona una estructura corporativista. Además, otra ventaja es que se reduciría la corrupción en ciertas tomas de decisiones, pues muchas de las empresas se entrometen en política solo para velar por sus intereses. Si sabiendo esto, se les contacta de manera directa y se llega a un acuerdo en el que tanto Estado, como ciudadanos y las empresas obtengan beneficios, podríamos lograr una asociación con miras al crecimiento del país y que evite los puentes de corrupción. 


Curiosamente, en estos días se hizo un anuncio que podría cambiar el panorama de Qali Warma y, quizás, aproximarnos a un enfoque más corporativista en la prestación de este servicio. Ante los repetidos escándalos de corrupción e ineficiencia, el ministro de Desarrollo e Inclusión Social Julio Demartini anunció el reemplazo de Qali Warma por el programa Wasi Mikuna. Este proyecto iniciará el 2025 y tendrá un enfoque multisectorial pues coordinará una red de acción con los padres de familia y representantes del MIDIS, MINSA, MINEDU, MIDAGRI y PRODUCE. Al dar a conocer la decisión, Demartini indicó que estaban trabajando con la Sociedad Nacional de Industrias, pues el éxito del programa dependía de “Los buenos proveedores y los buenos productores”. ¿Será este el giro corporativista que necesitaba Qali Warma?


Considero que deberíamos dejar de lado aquella idea de que la empresa privada de tradición y sólida es nuestra enemiga. Al contrario, podrían ser los mejores aliados del país si se llega a un acuerdo común en el que todos, tanto sus directivos y trabajadores, como la población que paga con sus impuestos el servicio y el Estado, se beneficien. 


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