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  • Foto del escritorDiego Adrián Reinoso Flores

¿Posible tercera guerra mundial?: Análisis de la escalada de violencia en Medio Oriente

El pasado 13 y 14 de abril de este año, el Medio Oriente volvió a enfrascarse en una escalada de violencia que permite avizorar tiempos convulsos para la convivencia pacífica de las naciones. Israel recibió el ataque de alrededor de 300 proyectiles aéreos enviados por Irán, los cuales fueron neutralizados en su mayoría con el apoyo de los socios occidentales de Israel y sus sistemas de defensa.



Este hecho marca un nuevo hito en la historia contemporánea del Medio Oriente. Irán e Israel comparten una historia reciente de ataques y atentados en lo que se ha denominado como "la guerra entre guerras"; sin embargo, es la primera vez que Irán lanza un ataque directo contra Israel, ya que "la guerra entre guerras" ha significado la lucha de Israel contra grupos terroristas financiados por Irán.

Esta nueva asonada violentista vivida en el Medio Oriente es consecuencia directa del ataque realizado por Israel contra la sede del consulado iraní de Damasco el pasado 1 de abril. En este ataque perecieron 16 personas, y 7 de ellas estarían vinculadas con la Guardia Revolucionaria Islámica, la fuerza predilecta del régimen iraní.

Las relaciones entre Irán e Israel siempre fueron tensas, pero este contexto de violencia vivido en el Medio Oriente tras el ataque de Hamás el pasado 07 de octubre de 2023, sumado a la pésima actuación de Israel en sus ataques contra la Franja de Gaza, nos obliga a considerar si estamos ante el inminente inicio de una tercera guerra mundial, ya que el frente del Medio Oriente surge llamando la atención de la opinión internacional, sumándose a las tensiones del conflicto ucraniano con la invasión de Rusia; para el detrimento de la convivencia pacífica entre las naciones.

Para muchos, el conflicto en el Medio Oriente era inminente, ya que en el pasado hemos visto cómo las naciones islámicas se han enfrentado contra Israel; sin embargo, esta vez el panorama se complica aún más. Irán ha secuestrado un carguero con bandera portuguesa, hecho que obligaría a la Unión Europea a intervenir en esta escalada de violencia y ajedrez geopolítico. De esta manera, la tensión crece en el Medio Oriente, sin resolver la crisis humanitaria en la Franja de Gaza y evaluando los riesgos de un conflicto mayor que podría agravar las condiciones en la región.



Irán es una nación que se ha mostrado contraria a los valores de las democracias liberales del Medio Oriente, apoyando a grupos terroristas contra Israel y siendo responsabilizados por Estados Unidos de ataques contra grupos de judíos en el mundo. Por su parte, Irán ha negado la existencia del Estado de Israel, incluso el Holocausto judío. Su gobierno teocrático, presidido por los Ayatolas, se ha manifestado como antisionista.

Israel es el mejor amigo de Estados Unidos en el Medio Oriente, es su socio estratégico y principal aliado en seguridad; sin embargo, el presidente Joe Biden descalificó el accionar de Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel, frente a la acción bélica ejercida por Israel en la Franja de Gaza y contra el grupo terrorista Hamás. Pese a todo ello, Estados Unidos siempre se ha manifestado en apoyo a Israel y ha condenado el ataque perpetrado por Irán.

Estos hechos han obligado a los organismos internacionales a intervenir antes de una escalada de acciones que podrían obligarnos a admitir el inicio de una tercera guerra mundial. Sin embargo, ha sido duramente criticada la acción del Consejo de Seguridad de la ONU, ya que la sesión en la que se trató la cuestión de Israel e Irán, ambos se atacaron utilizando duros calificativos que demuestran la profunda oposición de ambos gobiernos en poder llegar a un acuerdo.

La postura de Israel ha sido la de advertir la posibilidad de contestar a Irán el ataque, mientras que Irán ha advertido que su ataque ha sido en respuesta a la acción perpetrada por Israel contra la sede de su consulado en Damasco, alegación apoyada por sus socios Rusia y China.

En este contexto geopolítico, es importante la tarea de una política exterior de conciliación y mediación. Debemos dejar atrás las ideas de las sanciones económicas y de las condenas morales de los organismos internacionales. Es menester que las naciones busquen la preservación de la sana convivencia en la base del diálogo. Es momento de hacer un alto al fuego inmediato, buscar soluciones sensatas y traer la paz a la población civil que habita el Medio Oriente, son los principales afectados en esta escalada y es imperioso que se evite el aumento de las hostilidades. La comunidad internacional no puede permitirse otra guerra más. La crisis geopolítica y humanitaria en el Medio Oriente solo se solucionará sobre la base del diálogo y la diplomacia.

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