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Foto del escritorJorge Del Castillo

Odios Mortales

30/04/2023-ContraPoder (Diario Expreso)


El odio político ha sido recurrente en el Perú como consecuencia de la confrontación llevada al extremo del exterminio del rival. Es una prueba del subdesarrollo de los pueblos y de la pobreza de espíritu de algunos individuos. Ha causado graves desentendimientos que han perjudicado el desarrollo del país. Ni que hablar de los caudillismos del siglo XIX, que preferían a los enemigos externos que a los rivales internos. Ni los famosos antis del siglo XX proyectados hasta nuestros días, que han sido verdaderas piedras en el camino del progreso de nuestro pueblo.



AUGUSTO B. LEGUÍA


Quizás uno de los más notorios casos de odiosidad política llevada al extremo es el ocurrido con Augusto B. Leguía; había ascendido a Sánchez Cerro, primero a Mayor y luego a Comandante y lo nombra primer jefe del Batallón de Infantería N° 4 en Arequipa. Una vez instalado envió un telegrama al presidente “comparándolo con El Libertador y decía que como él no había otro hombre” (Leguía la Historia Oculta del Emb. Carlos Alzamora pág. 97). Diecisiete días después Sánchez Cerro derroca a Leguía (22/8/1930). Fue recluido en el Panóptico en una celda sin luz ni ventilación, sin agua ni servicios elementales ni visitas de ningún tipo. Así al nivel del martirio, la dictadura sanchezcerrista tuvo durante año y medio a quien había gobernado durante 15 años con la adulación de la élite limeña pero que ahora lo expulsa del Club Nacional y el populacho saquea su casa, teniendo que escapar sus hijas por los techos. El gobierno de Sánchez Cerro crea un Tribunal de Sanción para juzgarlo, excluyendo al Poder Judicial y no obstante que su abogado Alfonso Benavides Loredo desmenuza las imputaciones, lo sentencian sin pruebas. De la cárcel lo pasan al Hospital Naval de Bellavista donde manos extrañas le arrojan una bomba que no lo mató. El 6 de febrero de 1932 muere pobre y acosado hasta el último momento por el gobierno.



VÍCTOR RAÚL HAYA DE LA TORRE


Al volver del exilio al cual lo envió Leguía al negarse a aceptar la beca que le ofreció, Víctor Raúl fue candidato presidencial contra Sánchez Cerro en 1931, pero mediante fraude que anuló las elecciones en Cajamarca, fue proclamado ganador al felón que había traicionado a Leguía. El 15 de febrero de 1932 el dictador apresó a 27 miembros de la Célula Parlamentaria Aprista y al propio Haya de la Torre. Contra estos abusos se produjo la revolución de Trujillo con el saldo de miles de apristas fusilados en Mansiche y Chanchán por lo que se llamó el Año de la Barbarie. La Constitución de 1933 tenía un artículo, el 53°, que prohibía los partidos internacionales y al APRA por promover la Integración Continental lo calificaron así, lo que tendría consecuencias en 1936 en que el candidato apoyado por el Aprismo el Dr. Luis Antonio Eguiguren ganó las elecciones, pero las anularon aduciendo que había votos apristas y que siendo miembros de un partido internacional no debería elegir por carecer de derechos políticos. En 1948 se dio el Golpe de Estado de Manuel A. Odría. La dictadura había aprobado la Ley de Seguridad Interior poniendo fuera de la ley al APRA. Haya de la Torre tuvo que asilarse en la Embajada de Colombia el 3 de enero de 1949 y recién pudo salir el 8 de abril de 1954, luego de un proceso en la Corte Internacional de La Haya y tensas negociaciones entre Perú y Colombia teniendo que irse del Perú al que no pudo volver hasta 1957. En 1962 el Jefe del Aprismo ganó las elecciones, pero la Fuerza Armada dio un golpe para impedir su triunfo aduciendo un supuesto fraude que no existió lo cual queda comprobado porque al año siguiente 1963 obtuvo más votos. La verdad es que sobre él pesaba un Veto el cual aceptó sacrificando sus aspiraciones personales diciendo “Todo por el Perú”. En 1968 el General Juan Velasco dio otro golpe derrocando al presidente Belaúnde, pero la verdadera intención era impedir el triunfo de Haya de la Torre en las elecciones que se iban a celebrar al año siguiente.



ALAN GARCIA PEREZ


Ganó las elecciones de 1985 por abrumadora mayoría, pero casi al final del mandato se había generado una exacerbada oposición que se propuso destruirlo políticamente. Le inventaron enriquecimiento indebido que jamás pudieron probar, cuentas bancarias que nunca aparecieron y que no eran sido infames inventos de Informes truchos como LARC y KROLL. El autogolpe del 5 de abril de 1992 tuvo entre sus objetivos eliminarlo físicamente y soy testigo de excepción del asalto a su casa de la que pudo escapar, desatándose una persecución implacable y viéndose obligado por la Comisión Política del PAP a asilarse en la Embajada de Colombia donde lo recibió el Embajador Jaime Gutiérrez Plaza quien lo comunicó con el Presidente Gaviria que envió su avión personal para recogerlo el 1 de junio de 1992 empezando un largo exilio. Intentaron extraditarlo 3 veces sin éxito e inclusive la INTERPOL rechazó una orden de captura internacional por entender que se trataba de una persecución política. Retornada la democracia el Poder Judicial archivó las denuncias penales en su contra. Regresó al Perú en olor de multitud el 27 de enero de 2001. Luego del exitosísimo segundo gobierno, nuevamente los odios se extremaron y crearon una megacomisión investigadora que no llegó a ninguna conclusión acusatoria. Más bien un peritaje financiero reveló que no tenía desbalance patrimonial como era la teoría de los odiadores. A los sicarios de los noventa los reemplazaron fiscales y jueces abusivos que tampoco pudieron probar nada de actos ilícitos ni delitos y no obstante que había acudido decenas de veces a cuanta citación se había dado, lo emboscaron hasta inducirlo al suicidio, que fue su respuesta política que convirtió en derrota lo que sus enemigos creían sería una victoria.


Los tres personajes mencionados están en la historia del Perú, los fomentadores de odios y antis no aparecen ni como actores de reparto.


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