23-01-2022 / ContraPoder (Diario Expreso)
La capacidad de organización y estrategia del marxismo, no debería sorprender a nadie a estas alturas. En un momento histórico, en el que la Constitución ha sido protegida a través de una ley que ratifica lo que ya dice nuestra Carta Magna: que cualquier moción para lograr una Asamblea Constituyente, debe pasar primero por el Congreso de la República, que no ha sido elegido por nadie más que el pueblo.
Al verse al descubierto, los abanderados de la Nueva Democracia maoísta han empezado a amenazar indirectamente a la población. Específicamente, el líder de la bancada “Perú Democrático”, Guillermo Bermejo, quien dijo: «No queremos que la violencia se desate en nuestro país quemando iglesias católicas, autobuses o trenes de servicio como ocurrió en la República hermana de Chile», dejando claro que eso pasaría en caso de que no se logre su tan ansiada Asamblea Constituyente. El Presidente de la República también ha señalado que agotará todas las vías legales para cambiar la Constitución.
El asunto es que esto no es nuevo: lo hemos visto en otros países y sabemos que es la forma de lograr el cambio a través del caos y el temor. El derrame de petróleo, por ser responsabilidad de una empresa privada como Repsol, les ha caído como anillo al dedo. Digo esto porque cuando la responsabilidad es de PetroPerú, no salen a decir nada a favor del medio ambiente. El cuidado de las riquezas naturales del Perú no debería tener color político, pero se ha politizado desde hace más de 15 años, afianzando, sobre todo, movimientos anti mineros liderados por el Frente Amplio, que tiene en sus filas a la hoy Presidente del Consejo de Ministros.
Como era de esperarse, los colectivos “ambientalistas” ya salieron a pronunciarse, visitar la zona afectada y aprovechar en llevar mensajes políticos para penetrar en las jóvenes (y cándidas) mentes que siempre se prestan por creer lograr un impacto positivo. Dentro de estos, se encuentra Daniel Olivares, autor de un libro titulado “Joder para transformar”, que lógicamente explica -como si fuera algo maravilloso- cómo usó a la juventud para que proteste y (con dos muertos) logró que renuncie el Presidente Manuel Merino de Lama. Hoy, desde la ONG Oceana, está reclutando “voluntarios”. Así como él, la ONG Fridays 4 the Future Perú, deja claro que su fin es lograr “cambios estructurales” y luego de usar una imagen de la playa contaminada, pone la imagen de un joven protestando frente al Palacio de Justicia. La falta de reacción por parte de Repsol, alimenta esta indignación colectiva, porque no solo no tenía un plan de contingencia, sino que además no quiere dar declaraciones a la prensa y no brinda mayor información respecto a lo ocurrido, cuando debió ser ejemplo de la buena gestión de crisis que debería tener el sector privado.
Hace cinco años se tomó como “teoría de conspiración” la Revolución Molecular Disipada, porque el mismo Foro de São Paulo era quien controlaba la narrativa. Hoy, queda claro que es una técnica que usa el socialismo del siglo XXI para tomar el poder creando pequeños liderazgos que al unirse, generan caos y violencia, logrando su objetivo. El objetivo es claro: quieren una “Nueva Constitución” y van a aprovechar cada pequeño desastre para victimizarse y utilizar al pueblo en favor de sus oscuros intereses.
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