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  • Foto del escritorJuan Vidal

La monotonía en más de 100 días

El hartazgo impera hace varios meses. Crisis tras crisis políticas siguen merodeando el gobierno de Pedro Castillo. Pero sería inusual que en la política peruana no sucedieran cosas extrañas o comprometedoras como inconductas de un ministro, apología al terrorismo, presiones políticas a instituciones castrenses, entre otras.




Pasados los 100 días de gobierno, Castillo ha tenido que sopesar discursos con tonalidad de confrontación y “chabacana” de Guido Bellido. Los antecedentes de inconductas del ex Ministro del Interior, Luis Barranzuela, quien prohibía celebrar ciertas festividades por el mes de octubre mientras él, aparentemente, gozaba ad-portas cerradas con algunos congresistas. Ahora, tiene que lidiar con los presuntos cuestionamientos al ex Ministro de Defensa, Walter Ayala y el Secretario de Gobierno, Bruno Pacheco, de presionar a los ex comandantes generales José Vizcarra y Jorge Chaparro para la designación de nuevos comandantes generales a las FF.AA. Para agregarle la cereza al pastel, el Ministro de Transporte, Juan Silva, esta en la misma situación que Walter Ayala, cuestionamientos por comportamientos antiéticos y que, en el caso de Silva, contravienen con un adecuado manejo del transporte urbano al querer modificar las reformas de transporte y remover a representantes de la Sutran y la ATU. Y es que esta situación se vuelve cada vez más insostenible porque el Sr. Presidente no logra emitir un mensaje claro y directo que conlleven medidas estrictas para todo aquel funcionario que no tenga la capacidad de dirigir una institución o no reciba el apoyo popular del pueblo. Eso ha sucedido con el ex gabinete Bellido y ahora el que lidera Mirtha Vásquez. En el caso de la premier, se refleja que busca concertar y no “chocar” con las bancadas del Parlamento, sin embargo, pese a que fue ella quien aseguró que habría cambios en los próximos días referente a los ministros mencionados, parece que a Castillo Terrones no le causó mayor suspicacia y, como si fuese un premio por su conducta, ratificó a Ayala en el cargo y le pidió que lo acompañara a Ayacucho para expresar el balance de los 100 días de gestión. La próxima semana se interpelará al Ministro de Defensa, sin embargo, diversas bancadas ya estarían esperando una renuncia irrevocable de Ayala Gonzáles. Lo que debería suceder es que, de una vez por todas, Castillo Terrones aparte a todo aquel mal elemento en su gobierno que no lo deje avanzar, que resquebraja más su imagen, que ponga en tela de juicio su relación con Mirtha Vásquez, quien debería ser su mano derecha para la toma decisiones y acuerdos en beneficio del país, pero no parece encajar esa idea en el maestro cajamarquino. Castillo prefirió a Walter Ayala antes que a la Presidenta del Consejo de Ministros para que esté a su lado durante su presentación en Ayacucho, ¿Razones? Muchas… Finalmente, si continua la inestabilidad por la escases de preparación en toma de decisiones, el gobierno de Castillo seguirá en el limbo latente de ser vacado constitucionalmente por el Congreso. Por el momento, los peruanos seguimos enfrascados en la monotonía desde hace más de 100 días.

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