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  • Foto del escritorPiero Gayozzo

La eugenesia ha vuelto para quedarse

En noviembre del 2022 en Reino Unido, el futuro ganó una pequeña batalla por el proyecto eugenésico de la humanidad. En dicho Estado las leyes permiten el aborto solo hasta las 24 semanas. Los casos en que puede cruzarse dicho límite son aquellos en los que el futuro individuo pueda tener una vida desventajosa por alguna discapacidad física o mental (como el síndrome de Down, entre otros males). Esta situación motivó a ciertos grupos a apoyar una iniciativa legal contra la normativa. El objetivo era evitar que los fetos con síndrome de Down puedan ser abortados fuera del límite de 24 semanas, con esto intentaban normalizar la afección. Luego de una contienda legal, la iniciativa finalmente se rechazó. Este año, el ex primer ministro, Rishi Sunak, se ratificó sobre el tema y rechazó apoyar otra iniciativa contra la misma norma, dejando claro entre líneas que la eugenesia ha vuelto para quedarse. 



La eugenesia es un proyecto social que se planteó con un objetivo encomiable: fomentar el nacimiento de seres humanos con las mejores capacidades posibles y eliminar la presencia de deficiencias en la especie humana. Para muchos, por la forma en que se ejecutó en distintas sociedades el siglo pasado, la eugenesia es sinónimo de exterminio y masacre, razón por la cual su pasado es terrible; sin embargo, gracias a la última generación de biotecnologías el proyecto eugenésico se renueva y con él su futuro se muestra brillante y necesario. Esta etapa de resurgimiento ha sido nombrada como “Nueva Eugenesia” y, tal cual nos lo sugiere lo ocurrido en Reino Unido, no es necesario mirar tan a futuro para hablar de ella. Incluso en el aspecto tecnológico, pues, si bien la ingeniería genética, mediante la técnica CRISPR/Cas9, invita a proyectar una sociedad en la que podamos editar los rasgos biológicos de nuestra descendencia a voluntad, actualmente existen tecnologías con las que el proyecto eugenésico se puede y se está materializando. 


Algunas de las tecnologías que ayudarían a mejorar el acervo biológico de la especie humana son los procedimientos de reproducción asistida, como la Fertilización In Vitro (FIV) o la Inyección Intracitoplasmática de Espermatozoides, los diagnósticos genéticos preimplantacionales y los cribados de fetos en cualquiera de sus formas (fisiológicos o por imágenes), ya sea la amniocentesis, la translucencia nucal, la biopsia de placenta o el análisis de sangre del feto, entre otros. Todas estas herramientas han demostrado su utilidad a la hora de optimizar el proceso de reproducción humana. En lugar de dejar el futuro de nuestra especie en manos del azar y de la evolución a ciegas, las biotecnologías ofrecen mayor certeza sobre la información genética de nuestros futuros hijos, algo que nos brinda una pequeña ventana hacia su futuro bienestar. Algunos países están tomándolo con mayor seriedad y lejos de cerrarle las puertas al futuro, están buscando la manera de asegurar su camino hacia el porvenir. 


Uno de los casos más emblemáticos sería el del Estado de Israel. Desde 1994 en dicho país existe un programa nacional de Fertilización In Vitro gratuito para ciudadanas de hasta 45 años. Aquel servicio cubre el nacimiento de hasta dos bebés por mujer y se ofrece sin distinción social alguna. A ello podemos incluir la consejería genética que se ofrece como parte integral del sistema de salud. Se trata de una guía médica adicional que tiene la familia durante el proceso de embarazo en temas relacionados a la salud genética del embrión, la interpretación de los cribados genéticos y las posibles soluciones que se podrían aplicar según los casos. Como no podía ser diferente, en su búsqueda por una comunidad saludable, el Estado de Israel también ha legalizado el aborto para casos en que los fetos presenten defectos físicos o mentales. 


Otras iniciativas médicas que hacen de Israel un Estado comprometido con la salud de sus ciudadanos son los proyectos de masificación de métodos de diagnóstico y búsqueda de nuevas soluciones. En 1978 se aprobó la amniocentesis gratuita para mujeres mayores de 37 años en Israel. Este año se redujo la edad mínima a 32 años para acceder al procedimiento. De misma forma, el 2020 la Autoridad para la Innovación de Israel (IIA) asignó un fondo de 10 millones de dólares a compañías y centros de investigación del país para fomentar la investigación en CRISPR/cas9 y el desarrollo de terapias con ingeniería genética segura en humanos. 


Países menos avanzados que Israel también ofrecen el servicio gratuito de FIV para sus ciudadanos. El gobierno de Hungría, por ejemplo, en un intento por incrementar la tasa de nacimiento ha comprado todas las empresas privadas de FIV para poderlo ofrecer gratuitamente a quienes más lo necesiten. Curiosamente esta estrategia ha desincentivado a muchos ciudadanos húngaros a optar por el servicio público, pues la acción gubernamental ha venido de la mano de la prohibición de que privados brinden el mismo servicio. Esto ha generado que muchos interesados opten por clínicas privadas especializadas en el extranjero antes que las nacionales. Otro gobierno que ha asumido esta tarea es la de Armenia. El año 2023 se destinaron 2.3 millones de dólares para financiar el proyecto de FIV gratuito para mujeres con dificultad para procrear y familias que viven en las zonas fronterizas. Desde el año 2015 el programa de salud reproductiva ha ido en aumento y cubriendo cada vez más casos. 


Con un propósito similar, el gigante asiático no se queda atrás. El mes de junio, Du Xin Sub director de la Oficina Municipal de Seguro Médico de Beijing, China, anunció que los planes de seguro médico básico incluirían ahora procedimientos avanzados de reproducción, como la FIV, trasplante de embrión, congelamiento y almacenamiento de semen, entre otros. El esfuerzo de China es parte de una estrategia nacional que incluye otro tipo de beneficios a quienes tengan más hijos y tiene el fin de evitar el colapso demográfico que el país atraviesa. 


Pero el proyecto eugenésico no solo depende de tecnologías avanzadas, sino del compromiso razonable y ético de una sociedad por intentar garantizar la mejor vida posible a sus ciudadanos. Es así que en múltiples países es legal el aborto para casos en que el feto presenta malformaciones congénitas o mutaciones como el síndrome de Down. Países como Dinamarca, Holanda, Islandia o Finlandia han reducido dramáticamente los nacimientos de bebés con Síndrome de Down, mientras que, en otros, como España o Estados Unidos la balanza parece dirigirse hacia el mismo destino. 


La eugenesia se guía por un criterio bastante lógico: si hacemos lo posible porque nuestros hijos tengan la mejor salud, alimentación o educación que podamos proveerles para aumentar sus chances de tener muy buenas vidas, ¿qué diferencia habría con que busquemos tener hijos que nazcan con las mejores condiciones genéticas para desarrollar una muy buena vida? Para los eugenecistas, transhumanistas o defensores del mejoramiento humano no existe una distinción moral entre mejorar el ambiente en el que crece un individuo y modificar directa y positivamente la biología del individuo. Si tenemos las herramientas para atacar el problema de raíz ¿por qué no hacerlo? Como afirma la científica pro-eugenesia Diana Fleischman Uno de los objetivos de la eugenesia es intervenir en la reproducción para disminuir el número de personas que nacen con graves discapacidades o problemas de salud.” Tarde o temprano, nuestro interés por una vida plena y mejor nos orientará a adoptar la eugenesia una vez más, solo que esta vez lo haremos bien. Por eso, aunque muchos teman o se sientan amenazados, la eugenesia ha vuelto para quedarse. 


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