Durante el último feriado largo en Perú, tuve la oportunidad de recorrer el sur de Lima y ver cómo sigue creciendo la oferta inmobiliaria en las playas cercanas a la capital. Llegando casi al final de las playas se encuentra el balneario de Pucusana, una caleta de pescadores que, si bien tiene y tendrá una oferta interesante inmobiliaria, no tiene la gestión pública suficiente para potencializar la zona.
Esta es una realidad de muchas partes del Perú, donde no se aprovechan algunas zonas con gran potencial. El distrito de Pucusana, por ejemplo, podría no solo ser una caleta de pescadores, sino también un lugar turístico, cerca de un aeropuerto que podría ser el de Pisco, y esto generaría trabajo y progreso para toda esta parte del Perú.
Un detalle importante es que dentro de este pequeño distrito pesquero existen algunas playas como Naplo, un sitio distinto donde existe una cara diferente, pues es un lugar más ordenado y limpio, lo cual me hace pensar en dos caras de una misma realidad.
Si contrastamos, un lugar con gestión eficiente es Naplo, que es administrado por ciudadanos que buscan el bien común y quienes han creado sus propias reglas para una buena convivencia. El otro lugar, Pucusana, es la representación de una mala gestión, del desorden, con inseguridad ciudadana y que, pese a tener grandes potencialidades, carece de una administración visible.
Hoy en día pasa lo mismo en el país. Vivimos en un Perú polarizado en donde podríamos decir que una parte del territorio nuestro está el ciudadano que trata de vivir sobre la base de sus reglas y códigos, luchando por tener un mejor nivel de vida. Por otra parte, se encuentra el ciudadano que aún cree que el Estado lo va a ayudar a salir de la pobreza, aunque a través del gobierno municipal, el gobierno no haya hecho nada por mejorar las condiciones de vida de esa zona. Este es una de las muchas realidades que existen en nuestro país.
Esperemos que las nuevas autoridades puedan concebir que los alcaldes y las autoridades locales, en general, deben empezar a desarrollar una visión diferente sobre lo que es un gobierno local. Es necesario que tengan visiones con administraciones ágiles, capaces de crear polos de desarrollo que partan desde su competencia. Solo así podremos mejorar las condiciones de vida de nuestras poblaciones, a través de la creación de empleo y oportunidades en los mismos distritos.
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