El Perú está de luto por la partida del vicealmirante (r) Luis Giampietri, un ícono de la política y un verdadero héroe en la lucha contra el terrorismo. Con 82 años de edad, Giampietri nos dejó el pasado miércoles, dejando un legado imborrable que perdurará en la memoria de todos los peruanos.
Nacido el 31 de diciembre de 1940 en el distrito de Bellavista, Callao, Luis Alejandro Giampietri Rojas forjó su camino desde una temprana edad. Sus años de educación en los colegios San José Maristas del Callao y el Colegio de la Inmaculada sentaron las bases de su compromiso con la excelencia tanto académica como personal. Su verdadera pasión lo llevó a ingresar a la prestigiosa Escuela Naval del Perú, donde en 1960 se graduó como Bachiller en Ciencias Navales, marcando el inicio de una destacada carrera dedicada al servicio de la nación.
A lo largo de los años, Giampietri no solo ascendió en la jerarquía militar, sino que también se convirtió en un experto en asuntos militares. En 1974, completó con éxito el curso de Avanzado de Estado Mayor en la Escuela Superior de Guerra Naval, y en 1983, realizó estudios de Alto Mando en la misma institución. Su liderazgo y visión estratégica se hicieron evidentes cuando asumió el papel de jefe del Estado Mayor General de la Marina.
Uno de los momentos más críticos en la carrera de Giampietri ocurrió en 1986, cuando se enfrentó al motín de El Frontón, donde un grupo de terroristas de Sendero Luminoso tomó como rehenes a los custodios del penal. Giampietri desempeñó un papel esencial en la defensa de la Constitución y el Estado de derecho frente a la acción terrorista, enfrentando una feroz persecución judicial de la izquierda comunista que duró hasta su último día de vida.
Sin embargo, el episodio que sellaría su nombre en la historia del Perú fue su participación en la exitosa operación Chavín de Huántar en 1997. En ese trágico suceso, se convirtió en uno de los 72 rehenes del grupo terrorista MRTA, que había tomado la residencia del embajador japonés. Su coraje y determinación fueron cruciales en la operación que finalmente logró el rescate de todos los rehenes.
En el ámbito político, Giampietri no se quedó atrás. Durante el primer Gobierno de Alan García, fue nombrado comandante del Grupo de Operaciones Especiales Centro. Y en las elecciones generales de 2006, se postuló como candidato a la Primera Vicepresidencia de la República en la fórmula presidencial liderada por Alan García. El 28 de julio de ese año, juramentó ante el Congreso como vicepresidente, marcando el inicio de su servicio en el más alto nivel del gobierno peruano durante el periodo presidencial 2006-2011.
Además de su papel como vicepresidente, Giampietri también fue congresista de la República durante ese mismo período, donde ocupó la presidencia de la Comisión de Inteligencia (2006-2007) y desempeñó un papel destacado en las Comisiones de Defensa y Producción. Su dedicación a la labor legislativa y su compromiso con el bienestar de la nación quedaron patentes en cada acción que emprendió en el hemiciclo.
Pero el legado de Luis Giampietri no se limita solo a su faceta militar y política. También tuvo un impacto significativo en otras áreas importantes para el país. Fue presidente del Consejo Directivo del Instituto del Mar del Perú y titular del Comité Multisectorial Encargado del Estudio Nacional del Fenómeno de El Niño (ENFEN). Estas responsabilidades resaltan su versatilidad y su dedicación constante al desarrollo y la seguridad del Perú.
A lo largo de su destacada carrera, Luis Giampietri recibió numerosas condecoraciones en reconocimiento a su valentía, dedicación y servicio ejemplar. Entre las distinciones más destacadas se encuentran la Cruz Peruana al Mérito Militar en el Grado de Gran Cruz, la Cruz Peruana al Mérito Naval, la Orden Miguel Grau, la Orden Militar de Combatientes Andrés Avelino Cáceres, la Medalla de Combatiente de la Marina de Guerra del Perú, la Medalla de la Policía Nacional, la Medalla al Mérito de la Orden del Gobierno de Italia en el Grado de Comendatore y los Laureles Deportivos en el Grado de Oficial, entre otras.
El legado de Luis Giampietri es un recordatorio constante de su compromiso con la seguridad, la justicia y el servicio a su nación. Su vida y su carrera son un testimonio perdurable de valentía y dedicación. Su partida deja un vacío en el corazón de todos los peruanos que tuvieron el honor de conocerlo y trabajar a su lado, pero su legado perdurará en la memoria de la nación como el de un auténtico héroe y servidor de la patria.