Argentina, un país con casi 45.808.747 de habitantes, que pasa por un periodo profundo y extenso proceso recesivo, afronta el próximo 2023, una nueva elección democrática donde los argentinos podrán decidir si seguir por el rumbo trazado por el Kirchnerismo o llevar a cabo un cambio de 180 grados, a través de una propuesta más a la derecha, Gonzalo Riobó nos brinda una entrevista el político miembro del Partido Demócrata, que busca devolver a la Argentina los valores que lo llevaron a ser una nación prospera, aquí sus declaraciones:
Gonzalo Riobó
¿Cómo analiza los sucesos más importantes en este siglo? Argentina fue una potencia en el mundo a inicios del siglo XX. Hoy está invadida de pobreza, informalidad y corrupción, ¿a qué se debe esto?
La decadencia que vive la Argentina es una triste realidad que tiene muchas causas, pero sin ánimo de simplificar el tema, creo que uno de los principales problemas es haber abandonado los principios y las bases que dieron origen a nuestra Constitución Nacional, introduciendo progresivamente y de diversas formas, ideas socialistas y corporativas que fueron desvirtuando la función del Estado para convertirlo en un Estado paternalista y omnipresente en la vida social, política y económica del país. Esta situación fue promovida y aprovechada por una dirigencia política irresponsable que malgastó las oportunidades y recursos del país en beneficio de soluciones facilistas, personales y de corto plazo, en vez de enfrentar seriamente los problemas pensando en el futuro, con una visión trascendente para la Nación como lo hiciera la generación que fundó al Partido Demócrata, por ejemplo. Así nos encontramos hoy, con un país destruido por la pobreza, la inseguridad y el conflicto permanente, fogoneado por gran parte de la parte de la dirigencia política, que solo les sirve a ellos mismos, como estrategia para mantenerse en el poder y seguir usufructuando del Estado. Un Estado, que es incapaz de brindar los servicios mínimos y esenciales que hacen a su razón de ser, pero que violenta permanentemente las libertades y derechos constitucionales. ¿Cómo podemos salir de esta decadencia mientras se humillan y maltratan, con juicios de dudosa legitimidad, a los militares que defendieron la libertad de nuestra Patria contra grupos terroristas que querían imponernos por la fuerza el comunismo? Mientras muchos de estos militares mueren encarcelados injustamente, tenemos una estación de subte en la Ciudad de Buenos Aires, que lleva el nombre de un terrorista y un parque de la “memoria” para homenajear a los terroristas que atacaron las instituciones nacionales. Lejos estamos de salir de esta decadencia, mientras nos sigan gobernando dirigentes que avergüenzan las instituciones, como una vicepresidente, que acumula fortunas, que resultan inexplicables para una persona que se dedicó toda su vida a la política; pero que lejos está de ser una excepción, sino que se repite en muchísimos políticos y funcionarios que salen millonarios de sus cargos. O la de aquellos que manifiestan su irresponsabilidad y falta de respeto a los ciudadanos, como es el caso de un senador nacional, que pidió licencia para ir al mundial, en lugar de estar cumpliendo con las funciones para la cual fue designado. Hasta que no tengamos dirigentes que se preocupen por dar el ejemplo y se comprometan realmente con el país con una vocación de servicio, no creo que podamos salir adelante. Por eso, nuestra esperanza es que el Partido Demócrata, pueda ofrecerle nuevamente a la Argentina una oportunidad de grandeza.
¿Qué ha pasado en estos últimos 100 años de fundación del Partido Demócrata en Argentina?
El Partido Demócrata Nacional que se conformó con las ideas y valores que fueron el factótum de la Argentina como potencia mundial, siguió los avatares de la decadencia del país. Con el advenimiento del peronismo y sus posteriores polarizaciones, fue perdiendo paulatinamente su presencia original, quedando reducido a una participación de raigambre provincial o municipal. En los últimos cinco años, la dirigencia del Partido Demócrata comenzó un trabajo de recuperación territorial logrando renovar la estructura y posicionarse nuevamente como una fuerza a nivel nacional. Gracias a esta acción, este renovado Partido Demócrata Nacional se pone de pie para conquistar ese protagonismo que lo impulsara en sus orígenes.
¿Cómo podría definir el rol del Partido Demócrata en este nuevo tiempo? Acompañaron a Mauricio Macri en su gobierno y hoy tienen una alianza con Javier Milei. ¿Cuál es el espacio que quieren ganar políticamente hablando?
Personalmente creo que Mauricio Macri realizó una verdadera hazaña en destronar al kirchnerismo del poder, que se había apropiado del Estado y lo manejó en forma omnipotente con total impunidad durante 12 años. Hay que destacar, que durante la gestión de gobierno de Mauricio Macri se realizaron muchas acciones positivas y valiosas, pero lamentablemente, no se pudo trabajar en la construcción política que el país necesitaba para enfrentar decididamente los cambios profundos y transformadores que se requerían; se relativizó el cambio cultural y muchos de los valores esenciales de quienes participamos y lo apoyamos como una alternativa para salir de la decadencia. Recientemente, gran parte del Partido Demócrata Nacional ha apoyado públicamente la precandidatura presidencial de Javier Milei, entendiendo que en la actual coyuntura es la alternativa política que mejor representa los valores y principios del partido. Y aunque suene duro, hoy es el único candidato con quien coincidimos en las medidas de fondo, aquellas que por su envergadura y necesidad no precisan de mayor discusión: un Estado que pare de generar déficit y que además deje de ponerle palos en la rueda a los sectores que realmente mueven la economía, como, por ejemplo, el campo y la agroindustria.
Javier Milei
¿Cómo podría definir la candidatura de Javier Milei?
La irrupción de Javier Milei, significó una bocanada de esperanza en la política argentina, porque dejó en evidencia una reacción positiva de la sociedad argentina y sobre todo de la juventud, mostrando que se rebela al status quo, que no se resigna a esta decadencia y que reclama nuevas alternativas. Creo que Milei ya logró un gran éxito, muy valioso en sí mismo, que fue cambiar el discurso de la política argentina, que estaba encorsetado por un progresismo retrógrado de un pensamiento único, de corrección política, pero totalmente alejado de las necesidades reales de la sociedad. Esto ha oxigenado al sistema político, con propuestas nuevas, corriendo el centro de la política que había sido cooptado por un progresismo relativista y socialista hacia una nueva recuperación de los valores de la libertad, la propiedad privada y el trabajo, como herramientas de progreso y desarrollo.
¿Cuál es la agenda que llevan como partido para estas elecciones, sumado a las propuestas de Milei?
La agenda la fijarán las autoridades partidarias que surjan de las elecciones internas que se realizan el 9 de diciembre de 2022 a nivel nacional, y a nivel local, en nuestro Distrito de la Ciudad de Buenos Aires, luego de las internas previstas para el 7 de mayo de 2023. Pero de antemano, puedo asegurar que nuestro esfuerzo será para llevar adelante una agenda que trabaje con firmeza estos temas que mencioné anteriormente: libertad en todo sentido; respeto por los principios republicanos; recuperación de los valores básicos que nos llevaron a ser una potencia: “estudio”, “trabajo” y “meritocracia”, que generan seguridad, previsibilidad y fortalecen la dignidad, primero del individuo y luego de la sociedad en su conjunto.
Más allá de ser partidario y uno de los líderes del mismo, ¿usted como político qué lectura le da para este octubre del 2023?
Esta próxima elección es una gran oportunidad para que nuestras ideas y valores tengan representatividad política, en todos los niveles de la administración en los que nos presentemos, ya sea del poder ejecutivo o el legislativo. Mientras mayor respaldo tengan estas ideas, más se podrá, influir y articular con otros sectores, para impulsar políticas públicas que hagan que el Estado se concentre en sus funciones esenciales y libere la actividad productiva de los argentinos. Que estas ideas se consoliden, también en las alianzas afines, va a ayudar a lograr los consensos necesarios para que las políticas públicas sean trascendentes y se mantengan en el tiempo, para que podamos revertir esta decadencia que vivimos actualmente.
Argentina vive una tensa realidad política
Siendo un bloque conservador, ¿qué valores defienden como partido y usted como político? ¿Cuáles son los aspectos o políticas que no se deben de negociar y cuáles sí?
En un momento donde la sociedad es empujada a relativizar todo. Y cuando digo todo, es así literalmente. Donde se mata por un par de zapatillas o un teléfono celular. Donde el propio derecho a la vida, otrora inalienable, hoy es puesto en duda. Donde la mínima expresión de discordancia se torna elemento de condena, donde la incertidumbre y confusión generada por unos pocos, es utilizada para sacar provecho de unos “muchos”; es necesario dar una respuesta clara e inequívoca de cuidar y proteger los valores inherentes a la dignidad humana: ¡deben ser conservados! Por eso somos “conservadores”, conservadores de esos principios fundamentales, que en definitiva son los verdaderos Derechos Humanos. Tanto es así, que el principio fundamental que establece el partido por sobre el resto de los valores, es la defensa de la dignidad de la persona desde su concepción hasta su muerte natural. Esto es innegociable y no se refiere solo al aborto y la eutanasia, sino que abarca muchos aspectos que hacen a la dignidad de la persona; como ser el respeto a su libertad como padres en la educación de sus hijos; el respeto por la igualdad de las personas en su dignidad, tan bastardeadas con seudo derechos hacia sectores que en nombre de la igualdad se auto discriminan. En fin, no podemos desconocer, que hay una batalla cultural que ataca a la dignidad de la persona y de las naciones, a su identidad y a su libertad. Por ello que hay defenderla fortaleciendo la familia como célula de la sociedad, defendiendo el sentido trascendente de la vida, la búsqueda de la verdad, el bien y la belleza que han sido los motores del desarrollo de nuestra civilización occidental. En nuestro caso concreto como país, lo revolucionario sería volver a cumplir la Constitución Nacional, que en su Preámbulo invoca la protección de Dios como fuente de toda razón y justicia. Para que, partiendo de esa premisa, y desde la verdad, asumamos nuestra historia con toda su complejidad para mirar el futuro con racionalidad y sentido común.
¿Qué aspira como político en las próximas elecciones?
Mi objetivo es poder llevar adelante los valores y principios del partido, dando la batalla cultural de frente, sin dobleces y convencido que es la mejor forma de ayudar a nuestro país. Pero soy consciente que es una tarea muy difícil y haría mal en pensarla desde un protagonismo exclusivamente personal, se requiere de equipos y la suma de dirigentes que tengan las mismas aspiraciones. Para ello, es necesario que el Partido Demócrata vuelva a tener protagonismo político y ofrezca una nueva dirigencia comprometida con el país y su gente. Estas son mis verdaderas aspiraciones y en esta coyuntura electoral, el gran desafío es abordar esa construcción política que le permita al partido ser parte de las futuras decisiones y sentar las bases de una estructura política amplia que permita darle continuidad al cambio profundo que necesita el país. Antes de despedirme, quiero expresar mi gran cariño y afecto al pueblo peruano, con quienes tuve la dicha de compartir dos años inolvidables de mi vida, en los años 1982 y 1983. Siempre voy a recordar los gestos y las acciones de apoyo hacia mi país que manifestaron durante la Guerra de Malvinas. Por ello, tengo un profundo agradecimiento hacia ustedes y les envío un abrazo sanmartiniano.
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