06/02/2022 - ContraPoder (Diario Expreso)
Resulta evidente que salida a la crisis actual, quizá la más grande de los últimos 20 años, es la renuncia o vacancia del Presidente Castillo, pues es claro que él es el único responsable de sus propias e inmaduras decisiones ejecutivas; tirios y troyanos han coincidido ya en ello.
Sin embargo, sabemos que esto no acaba ahı,́ ya que lo podrido es el proyecto polıt́ ico de Perú Libre y sus aliados e investigados cómplices. Por lo tanto, Dina Boluarte no puede ser quien suceda a Castillo en la Presidencia de la República, pues todos son parte del mismo juego perverso. Fuera de sus propias declaraciones de “renunciar si Castillo es vacado”, Dina ha pasado de testigo a investigada en el caso de los dinámicos por fundamentadas razones de la fiscalía.
Boluarte es protagonista de primer orden de todo lo que está sucediendo en el país pues, además de ser vicepresidenta, es ministra de Estado e importante ficha estratégica para los fines subalternos de este régimen. Dicho esto, y presentada la inminente moción de vacancia que al parecer se presentaría en los siguientes días, las fuerzas políticas del parlamento deben ceder y consensuar una salida no tan traumática como han sido las anteriores.
Cierto es que la Constitución prevé la única fórmula legal en una decisión soberana de corte de mandato presidencial, sin embargo, Dina no esta legitimada para asumir. Por ello, quien asume la Presidencia del Congreso en el momento tiene ya que ver una alternativa de gobierno que busque asegurar un cambio democrático y constitucional con nuevas elecciones.
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