La pandemia visibilizó la importancia de un registro de identificación asociado al sistema de salud que permita la atención inmediata de las personas; incluso para aquellas que no contaban con cobertura en salud por no tener trabajo.

La lección aprendida fue que la cobertura de salud debía ser universal, para todos. Ningún ciudadano debido a su condición debía quedar fuera. Todos tenían derecho a la salud y el estado debía garantizarlo. Así se brindó la cobertura del SIS en los hospitales para todos los ciudadanos.
Ahora post pandemia, es necesario la innovación en los servicios del Estado que articule esfuerzos entre los sectores y que cree pilotos que se conviertan -con la evidencia del caso-, en programas y más tarde, en políticas públicas que mejoren la calidad de vida de las personas. Aquí el aprendizaje es articular esfuerzos entre diferentes sectores como ministerios y organismos descentralizados, para darle solución a la necesidad del ciudadano que le impide gozar de sus derechos.
Así lo comprendió RENIEC, al lanzar el programa “Nacer con Identidad”, un piloto que desde febrero hasta junio con varias fases ayudará a que los niños recién nacidos, en zonas donde no existe una Oficina Registral Auxiliar de RENIEC, accedan a la generación inmediata de la Partida de Nacimiento y al inicio del trámite para su DNI. Esta innovación permitirá que el Derecho al Nombre se visibilice en un servicio del Estado que abre la puerta a la atención inmediata en hospitales para el control de su nacimiento y crecimiento; inmunización con vacunas; programas sociales y seguros de salud.
El despliegue de la RENIEC implica la movilización de equipos itinerantes que atenderán en 79 hospitales y 16 clínicas regionales. Usarán tablets para la identificación biométrica de las madres y fotos de los bebés junto a ellas. Entre los establecimientos seleccionados figuran el Hospital Luis Negreiros en el Callao, el Hospital Santa Rosa en Puente Piedra, el Hospital Luis Heysen en Chiclayo y el Hogar Clínica San Juan de Dios en Arequipa.
Este programa es un ejemplo de la puesta en marcha de una de las principales lecciones aprendidas en la pandemia: acercar los servicios al ciudadano que no puede acceder a ellos por su condición de pobreza o pobreza extrema.
La evidencia que contribuyó a la creación de este programa fue que RENIEC registró 460,722 nacimientos en el país en el 2024. Sin embargo, sólo 42,187 de los niños cuentan con el certificado de nacido vivo, sin que sus padres hayan iniciado el trámite del Acta de Nacimiento y el DNI.
Es una gran alegría documentar que el Derecho al Nombre es una realidad en los servicios que el Estado articula para asegurar la Promoción de la Salud apenas nacen nuevos ciudadanos que tendrán así oportunidades para su desarrollo y bienestar. Es posible salir adelante con autoridades que coloquen al ser humano al centro de la gestión estatal. Imagino que, al pasar de los años, estos niños que serán adultos, estarán insertados en la sociedad gozando de sus derechos y aplicando sus deberes con el recuerdo que el Estado los protegió cuando más lo necesitaron junto a sus familias.
Entonces, el Derecho al Nombre es Nacer con Identidad. Esperamos que el programa siga avanzando y llegue a donde más se le necesite, creando sonrisas y oportunidades.
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