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  • Foto del escritorPiero Gayozzo

Del Ministerio de la Mujer al Ministerio de Higiene Social

Durante el mensaje a la nación de la presidente Dina Boluarte, la mandataria dio a conocer la intención del Ejecutivo de fusionar algunos ministerios, una propuesta que apuntaría a aumentar la eficiencia del Estado. Aunque no existe una confirmación, se especula que el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables y el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social serían dos de los ministerios que se fusionarían en uno solo. Esta alentadora propuesta ha causado un rechazo profundo entre colectivos feministas y actores sociales y políticos de izquierda, principalmente. Tal ha sido la indignación que en redes sociales se convocó a los interesados a participar de una marcha para manifestar su rechazo a la propuesta el día 16 de agosto. 




Entre las tantas quejas es posible leer que la fusión de ambos ministerios representaría “un riesgo significativo para la protección de los derechos de las mujeres y poblaciones vulnerables en Perú”, pues “va a debilitar la atención de la violencia contra las mujeres y desaparecer las políticas de igualdad” y afectar los programas sociales del MIDIS. ¿Se sostienen estos temores? No. En realidad, estas supuestas denuncias y preocupaciones deben responder a otros factores, pues la fusión de dichos ministerios no implicaría su desaparición, sino la posibilidad de articular las políticas públicas y funciones de cada cartera en un marco más amplio con menos burocracia de por medio. 


La idea de fusionar ambos ministerios no es mala, sino necesaria. Si bien cada cartera posee objetivos propios, estos no son ajenos entre sí y serían más provechosos si pudieran actuar bajo un mismo marco institucional. Por ejemplo, el MIDIS apunta a “cerrar las brechas de acceso a servicios públicos universales de calidad y a oportunidades que permiten el crecimiento económico”, mientras que el Ministerio de la Mujer procura desarrollar “políticas públicas a favor de las mujeres, niñas, niños, adolescentes, personas adultas mayores, personas con discapacidad y migrantes internos”. Ambos intentan resolver problemas estructurales que afectan a poblaciones tan diversas y amplias que calzan dentro de una misma denominación por su situación actual: poblaciones vulnerables. 



En el análisis sistémico de las sociedades se entiende una estructura como un conjunto de relaciones entre los elementos que las conforman. Algunas de estas relaciones tienden a favorecer a un sector y generar obstáculos de algún tipo que terminan afectando en alguna medida a una población específica. Es así como se crean las brechas, algunas de las cuales llegan a ser a veces insalvables. En sí, estamos hablando de relaciones sociales establecidas por alguna concepción cultural o algún componente de la cultura. Modificar dichas relaciones requiere de ingeniería social. 


Actualmente la cooperación entre ministerios requiere de una serie de pasos burocráticos que desaceleran la ejecución de proyectos y complejizan la cooperación interinstitucional. En ese sentido, no es para nada descabellado velar por la unificación de ministerios en pro del establecimiento de políticas públicas que impulsen nuevas relaciones sociales o modifiquen las condiciones actuales que las generan para los sectores antes mencionados. Si el problema es la forma en que se relacionan los actores sociales, ¿por qué no centralizar en un solo ministerio dicha labor de ingeniería social y optar por unidades operativas especializadas para cada grupo humano? ¿Para qué ampliar la brecha de cooperación a través de dispositivos legales y burocracia al tener dos ministerios con un objetivo similar? 


Ministerio de Higiene Social

Un Ministerio de Higiene Social sería una institución adecuada para el proyecto de ingeniería social. La higiene social se entiende como el conjunto de políticas públicas destinadas a la preservación de estructuras favorables para la sociedad. Naturalmente, lo que resulta conveniente a una sociedad es la conducta voluntariosa o cooperativa, pues estas son propiedades intrínsecas a la comunidad. En psicología se conoce a estas conductas como conductas pro-sociales y se correlacionan positivamente con el bienestar psicológico. De ahí que comportamientos o formas de relacionarse vinculadas a dichas conductas deban ser fomentadas y preservadas. 


Tanto el MIMP como el MIDIS ejecutan proyectos de carácter eugenésico, como los son Cuna Más, que brindan atención y cuidado a niños, o Juntos, que atiende a madres, niños y adolescentes. La eugenesia social es un conjunto de estrategias que apuntan a la modificación de variables ambientales y culturales para procurar el desarrollo integral de las personas. Es un proyecto de ingeniería social que calza con la intención de crear una sociedad saludable y cooperativa. Estos programas son la base para la construcción de comunidades prosociales, de ahí que la competencia del Ministerio de Higiene Social sea procurar su ejecución, articulación y preservación. Otra labor del posible ministerio fusionado sería la articulación del Programa Nacional Aurora, el cual comprende, entre otras cosas, los Hogares de Refugio Temporal en el que acogen mujeres en riesgo de violencia y a sus hijos, con los programas anteriormente mencionados.  Son solo algunos ejemplos que puede citarse. 


Sobre las críticas

Parte de los comentarios y temores expresados por la posible fusión del MIMP y el MIDIS carecen de fundamento y son, más bien, i) exageraciones absurdas de un grupo de activistas fanáticas o ii) comunidades que temerían perder parte de los beneficios de los que gozan hoy en día. 


Sobre lo primero, es probable que parte de quienes reclaman se preocupen porque no figure más el sustantivo “Mujer” en alguna cartera. Recordemos que un sector feminista reclama que la mujer ha sido invisibilizada de la historia y que el patriarcado se expresa a través del rol protagónico de los hombres en la construcción de la sociedad. Siguiendo esta lógica lo ocurrido en Argentina, la conversión del Ministerio de la Mujer a una Subsecretaría, sería una forma de invisibilizar a la mujer y de opresión. De ahí que la respuesta sea exagerada al extremo de generar pánico y decir que una fusión ministerial en Perú afectaría los derechos de las mujeres. 


Con respecto a lo segundo, me atrevería a decir que entre las interesadas por fomentar la igualdad entre hombres y mujeres existe de manera bastante marcada la influencia de los feminismos. De alguna manera las distintas corrientes feministas se han hecho con el monopolio de los derechos de las mujeres y, quizás también, sus ideas hayan llegado al MIMP. Esto último no resulta descabellado. La pregunta en este caso sería, ¿qué pierden las organizaciones y colectivos feministas que trabajan o cooperan con el MIMP, si de pronto dependen de nuevas autoridades? ¿Tanto temen perder el monopolio de una cartera? Creo que debería preocuparles más las actuales limitaciones del MIMP y la situación de miles de mujeres que podrían ser atendidas con mayor facilidad mediante un ministerio fusionado. 


Comentarios finales

Fusionar ministerios para agilizar la capacidad de acción de las carteras y de sus programas es una labor necesaria. Existen miles de personas en condición de indefensión que no tienen por qué verse perjudicadas por el capricho o la visión política de algún sector. La fusión de dos ministerios no implica la desaparición de sus programas, sino una oportunidad para refrescar y renovar sus equipos de trabajo y proyectos. Con respecto a la propuesta de un Ministerio de Higiene Social, estamos lejos de siquiera discutir sobre nuestras verdaderas intenciones como sociedad, aquellas de establecer una adecuada ingeniería social que nos conduzca a ejecutar proyectos eugenésicos, pues todavía muchas personas le temen a dicha palabra; sin embargo, actuales proyectos del MIMP y del MIDIS ya se configuran primeros peldaños para ello. La fusión de estos ministerios sería un paso adicional en la difícil tarea de crear una sociedad mejor para la futura humanidad.  


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