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  • Foto del escritorSol Pozzi-Escot

Daniel Cáceres: "La izquierda y la derecha están capitalizando a base del odio"

Los jóvenes políticos deben responder a bastantes retos. Uno de ellos, es modernizar los lenguajes políticos y superar la etapa de polarización que nos define como sociedad. Al respecto, conversamos con Daniel Cáceres Bartra, biólogo marino y joven político cuyo mensaje apunta a superar el entrampamiento que aqueja a nuestra clase política.



¿La nueva generación de políticos peruanos está en medida de poner fin a la polarización que vive el país?


El fin de la polarización es un deber que un verdadero líder va a tener que asumir. Necesitamos liderazgos políticos modernos que busquen apelar más allá de los sistemas binarios y arcaicos. La polarización no va a solucionarse con muchos de los partidos tradicionales de hoy. Es un reto porque hay muchas figuras políticas que están capitalizando de esa división, más bien hay muchos partidos políticos que se mantienen unidos por los discursos contra “los malos “ de día a día. Y es muy cómico porque para un sistema binario, los malos siempre son los otros, no hay prácticas de comprensión. Es por eso que creo que mientras no salgamos de discursos binarios no vamos a salir de la polarización. Porque ambos la izquierda y la derecha están capitalizando a base del odio y miedo a sectores distintos. Por un lado veo un sector conservador incitando odio y miedo a personas por su orientación sexual e identidad de género y por otro lado un sector de la izquierda que esta buscando vender un relato agresivo que existe un grupo de personas con cierto color de piel y cierto status social que está dedicando su vida a oprimir.


Si bien tanto la derecha como la izquierda vienen fomentando esa polarización y división. ¿Hay alguna autocrítica respecto del rol de la izquierda?


La izquierda es un sector que externamente es empático y conocedor de las injusticias y desigualdades colectivas de nuestro país. Pero en los últimos años, ha tomado decisiones estratégicas que nos ponen al mismo nivel que muchos sectores de la derecha que tanto hemos criticado. Castillo, por ejemplo, tuvo una oportunidad única de dar un ejemplo de como hacer las cosas bien. Pero entró más en una lógica de “La derecha pudo hacer un desmadre, entonces nosotros también”, “ a la derecha los dejaron ser corruptos, porque a nosotros no?” Castillo generó que perdiéramos una oportunidad ejemplar, magnífica, de verdadera reivindicación. Y es que esta izquierda no ha sido capaz de generar estrategias que sean efectivas para solucionar los problemas profundos de nuestro país y de los que más sufren. Y en parte por seguir esa misma estrategia que por muchos años nos quejábamos, la estrategia de generar división, cuando los problemas colectivos se deben solucionar colectivamente, y eso es unos de los retos que tenemos como izquierda, todavía hay muchos compañeros de izquierda que hablan con alegría de la unidad y en defensa de la democracia internamente, pero que son capaces de hablar con apertura con personas con distintos pensamientos e ideologías. Ahora muchos compañeros que han venido luchando por las mismas causas colectivas, son etiquetados de fachos, por no tener opiniones mayoritarias y otros son invalidados por ser de sectores más privilegiados. Y hoy en día hasta se quiere cancelar a personas por utilizar la palabra “perdón” “paz”, “unidad” queriendo canalizar nuestras energías únicamente hacia la indignación, como si fueran palabras que nunca podremos volver a usar dentro de nuestros espacios. Si todos los sectores solo enfocaran sus estrategias en indignación, nunca vamos a conseguir los consensos y diálogos democráticos que necesitamos para apoyar colectivamente a nuestro país.


Más allá de los espacios oficiales, como el Estado, ¿de qué otras maneras los jóvenes pueden hacer política?


Los jóvenes tenemos varios retos, necesitamos deconstruir narrativas que fomenten la opresión de sectores, pero también necesitamos poder hablar de unidad y buscar estrategias de perdón y sanación colectiva sin ser cancelados. Necesitamos poder ser una generación tan radical que sea capaz de aceptar un abrazo entre un compañero congresista de izquierda y un compañero fujimorista. Algo inimaginable para compañeros de la vieja izquierda. Estamos frente a una modernidad que nos muestra la complejidad y la diversidad de espectro que hay en nosotros los humanos, hoy en día los jóvenes debemos entender que hay fuerzas más fuertes que solamente nuestras capacidad de indignación. La misma energía que le hemos dado por anhelar justicia, y reparación eventualmente va a tener que darse para sanar heridas y unificar, eventualmente nos debe unir un anhelo para unificar este país fragmentado.



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