La eugenesia es un proyecto social que apunta a mejorar la estirpe de la humanidad. Existen dos mecanismos para lograrlo: i) la manipulación del proceso reproductivo y ii) la modificación de variables ambientales y culturales. La primera refiere a técnicas o estrategias que impacten directamente en el proceso de reproducción a favor del nacimiento de un individuo sano y con rasgos genéticos beneficiosos. Algunas estrategias contemporáneas para ello son la FIV, los cribados genéticos y, próximamente la ingeniería genética (CRISPR/cas9). La segunda apunta a fomentar cualidades y habilidades sociales suficientemente buenas en el individuo que le permitan prosperar y convertirse en un elemento pro-social. Se trata de estrategias que procuren el desarrollo integral de la persona, que lo doten tanto de estabilidad emocional como salud mental, y de habilidades que reduzcan sus probabilidades de sufrimiento a futuro. Este tipo de proyecto, llamado eugenesia social, ha sido el más empleado por todas las sociedades, pues incluye tanto la alimentación, la educación, el cuidado sanitario, el cuidado parental, entre otras estrategias culturales.
En su aspecto social o ambiental, la eugenesia apunta a cubrir todos los procesos que consideramos fundamentales para la convivencia. Por ejemplo, la educación es una forma de dirigir la evolución de la cultura y procurar que las personas posean el mejor conocimiento para tomar decisiones informadas y obtener mayores beneficios de sus acciones. Otro caso sería el sistema de salud, pues sin la posibilidad de que un individuo supere algún mal su proyecto de vida se vería truncado e impactaría negativamente en el engranaje social. Cualquiera de estos proyectos de modificación del entorno para mejorar la calidad de vida y la salud de los individuos varía en función del crecimiento y necesidades del individuo. Es sabido que la infancia temprana juega un rol sumamente importante en el desarrollo cognitivo y la salud de las futuras personas, de ahí que múltiples sociedades hayan centrado sus esfuerzos en las generaciones más jóvenes. Aquel fue el caso de Singapur, un país más que ejemplar, que en los años 80 dedicó una serie de esfuerzos al cuidado infantil que hoy se ve reflejado en la Agencia de desarrollo de la primera infancia del Ministerio de Desarrollo Social y Familiar.
En Perú, quizás para sorpresa de muchos, también existe un proyecto similar. Cuna Más es un programa social que depende del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS). Fue creado el año 2012 como parte de un esfuerzo por posicionar el interés por el “Desarrollo Infantil Temprano” dentro de las políticas públicas. Su objetivo expreso es el de “mejorar el desarrollo infantil de niñas y niños menores de 36 meses de edad, en localidades en situación de pobreza y pobreza extrema para superar las brechas en su desarrollo cognitivo, social, físico y emocional”. Su énfasis en personas en situación de pobreza remarca la preocupación del Estado por sus ciudadanos y se debe básicamente a que los entornos con carencias económicas suelen correlacionarse con deficiencias de salud y deficiencias cognitivas. En efecto, un reporte del funcionamiento de Cuna Más detectó que las causas directas del bajo nivel de desarrollo infantil en zonas de pobreza son básicamente tres: (1) un inadecuado estado de salud y nutricional de la madre y de los niños; (2) exposición a prácticas de cuidado y aprendizaje que no favorecen el desarrollo infantil (violencia física o psicológica, carencias afectivas, limitada estimulación cognitiva); y (3) exposición de los niños a entornos que no favorecen su desarrollo.
Para resolver dichos problemas, Cuna Más ofrece dos servicios plenamente diferenciados: el Servicio de Cuidado Diurno (SCD) y el Servicio de Acompañamiento a Familias (SAF). El primero intenta proveer un espacio de cuidado para niños que carecen de una persona que los cuide por algún motivo, o que requieren de cuidadores capacitados para atenderlos. En sí, el SCD brinda atención integral a los niños a través de personal capacitado, ya sea para el cuidado saludable, juego, estimulación, nutrición, salud, seguridad, descanso, etc. Con respecto al SAF, está orientado a capacitar a los familiares, de ahí que los equipos técnicos realicen visitas a las familias y organicen sesiones grupales de interaprendizaje con ellos. Ambos servicios son ofrecidos en las comunidades objetivo a través de las 27 Unidades Territoriales con que cuenta el programa. Hasta el 2021 Cuna Más tuvo 1457 locales destinados al SCD distribuidos en 917 distritos de 181 provincias, en los que se han beneficiado más de 60 mil niños. Por su parte, hasta el 2022, el SAF ha asesorado a cerca de 116 mil familias a lo largo de 759 distritos en todo el Perú. Todo este esfuerzo ha tenido un costo monetario alto, pues para el año 2022 la programación presupuestal fue de 479 millones de soles.
Además de la preocupación por el desarrollo integral de los niños, Cuna Más ha ampliado su línea de acción hacia el entorno y los actores más próximos. De ahí que sus funciones también incluyen la capacitación de madres gestantes y de familias en torno a alimentación, higiene, buen trato, entre otros, visitas a hogares y la articulación de la comunidad, incluido el sector privado, en los servicios del programa. Todo esto lo logra a través de servicios de atención alimentaria y nutricional, aprendizaje infantil mediante estrategias lúdicas, capacitaciones para el cuidado de la salud y aprendizaje de los niños y el fomento de habilidades socioemocionales a través de personal capacitado para dichas labores.
En general, la eugenesia apunta a formar buenos individuos a través de la modificación reproductiva y modificación ambiental. Si el proyecto está orientado a modificar el entorno y la cultura, es eugenesia social. En vista de que el futuro del individuo depende de su bienestar durante la infancia temprana, un programa de eugenesia social debería prestar atención a esta población. El Estado peruano tiene un programa de modificación ambiental destinado al cuidado de los niños. ¿Podremos negar que se trata entonces de un programa eugenésico? El Programa Nacional Cuna Más no solo es un proyecto de cuidado ciudadano y de asistencia social, sino que es un programa de eugenesia social fomentado por el Estado peruano, pues apunta a resolver problemas ambientales o culturales para favorecer el desarrollo de los niños y promover la ocurrencia de rasgos provechosos para los futuros individuos y para la sociedad. Aumentar la estabilidad emocional, aumentar la inteligencia, favorecer la probabilidad de un desarrollo cognitivo y de salud mejor que en las condiciones originales de las familias más necesitadas ¿qué más eugenésico que estas actividades? Si articulamos Cuna Más con Juntos y QaliWarma, otros proyectos auspiciados por el MIDIS, podríamos contemplar un panorama bastante alentador en nuestro país: un grupo de programas dispersos o débilmente articulados que a mediano plazo podrían servir como bases de un proyecto de eugenesia integral o radical en nuestro país. Pero,
¿Debemos llamar eugenesia social a Cuna Más? El problema no está en reconocer la naturaleza de los programas sociales, sino en negar que los fines de la sociedad pueden y deben ser eugenésicos. Solo si aceptamos cuál es nuestro deseo y cuáles son nuestros objetivos podremos fomentar el desarrollo integral de nuestros niños y de los futuros ciudadanos del mundo de la mejor manera posible.
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