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  • Foto del escritor Verushka Villavicencio Vinces

Con el viento a favor: Día Nacional del Paciente Laringectomizado

Si de la noche a la mañana no puede pronunciar una sola palabra y el resto de personas le ignoran o le devuelven una mirada de pena o desprecio; entonces, recién podrá dimensionar lo que significa perder la voz, sin previo aviso, y quedar expuesto a un mundo que no está preparado para las personas laringectomizadas. 



El cáncer de laringe ocasiona la mutilación de las cuerdas vocales y, por tanto, las personas que lo vivencian, pierden el habla, pero no dejan de escuchar. Se puede pensar que son personas sordas, debido a que no pueden expresarse verbalmente, pero se trata de personas laringectomizadas que no cuentan con medidas de accesibilidad e inclusión para su inclusión en la sociedad.

En el Perú, Globocan reporta que en el 2018 se diagnosticaron 276 casos nuevos de cáncer de laringe y se registraron 136 muertes por esta causa, según explica en su trabajo de investigación académico para obtener el título de especialista en otorrinolaringología, Ericka Rodríguez.

Según su investigación publicada en el 2020, no se registraban datos epidemiológicos que caractericen a la población peruana respecto al cáncer de laringe. Lo cual no permite, establecer una planificación que evite la aparición del cáncer; de esta forma, los pacientes laringectomizados transitan su propia recuperación de acuerdo a sus posibilidades económicas.



Hace unos, días el Congreso aprobó el proyecto de Ley 2578/2021-CR que reconoce el 8 de febrero como el Día de la Reinserción Laboral Familiar y Social del Paciente Oncológico y del Paciente Laringectomizado. Esta medida marca un hito para que los ministerios involucrados articulen esfuerzos que concreten la atención a los pacientes laringectomizados.

Un gran problema es la concepción que reduce la atención de salud, sólo al ámbito médico desconociendo que lo que se requiere es una intervención transversal con varios sectores: educación, empleo, cultura, para empezar. Si bien la nueva norma es un hito para lograr que los gobiernos regionales y locales activen acciones de sensibilización y concientización, es necesario que los ministerios de Salud, Educación y Trabajo incorporen en sus planes operativos medidas que brinden servicios especializados y cumplan con los acondicionamientos necesarios para evitar revictimizar a las personas. Nos referimos a las medidas de accesibilidad físicas, cognitivas y virtuales en los servicios para que se integren sin limitaciones. Pero estos planes operativos deben tener asignación presupuestal, de lo contrario, es un poema con autor desconocido que yace en un baúl.

Una medida que logra que los pacientes laringectomizados puedan expresarse es el laringófono. Se trata de un aparato que convierte en palabras, la salida del aire desde el abdomen del paciente, consiguiendo que, si bien la voz que se escucha es robotizada, por lo menos es una expresión sonora con palabras. Así, las personas laringectomizadas recuperan su voz, aunque les cuesta dejar de respirar por segundos. Esta es la razón por la cual no pueden extenderse mucho al hablar, pues deben respirar.

Comprender esta situación conlleva a que sean incluidos socialmente, sin burlas ni comentarios fuera de lugar. Es decir, deberían ser vistos como personas resilientes que son capaces de avanzar en medio de su condición la cual convirtieron en una oportunidad para valorar más la vida y sus afectos.

La promoción de la salud crea entornos seguros que incluyen a todas las personas sin importar su circunstancia. Cada grupo humano que requiere especial protección debería situarse dentro de un plan nacional de promoción de la salud con servicios acondicionados a su ciclo de vida para que ejerzan todos sus derechos, en las mismas condiciones que los demás ciudadanos. Esto es verdadero desarrollo humano y va más allá del gobierno de turno.

Ahora el viento sopla a favor de la comunidad de personas laringectomizadas en el país. No hay excusas para que los gestores públicos dejen de aplicar lo que corresponde. El viento a favor debe conducir a buen puerto.


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