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  • Foto del escritorPiero Gayozzo

Cerrón y la Banda de los cuatro

Luego de una desastrosa Revolución Cultural que costó la vida de millones de personas, Mao Zedong falleció en 1976. Por casi un mes su viuda, Jiang Qing, dirigió el gobierno en su nombre junto a tres colaboradores cercanos. Una tarde, una patrulla de oficiales se acercó al recinto donde Qing y sus aliados estaban reunidos y los arrestaron. Conocidos como la Banda de los Cuatro, Jiang Qing y los demás fueron acusados de traición, corrupción y abusos durante la Revolución Cultural. 



Vladimir Cerrón no es Mao, pero aspira a ser como él u otros lideres comunistas.  Cerrón no ha iniciado una sangrienta Revolución Cultural, pero sí creó una red de corrupción en Junín, región en la que se destacó como gobernador. Conocidos como los “Dinámicos del Centro”, Cerrón y sus secuaces hicieron uso de sus puestos para enriquecerse, traficaron con brevetes, negociaron licitaciones fraudulentas, entre otros ilícitos. A pesar de todo ello, Cerrón intentó postular a la presidencia el 2021. Al verse inhabilitado le sucedió Pedro Castillo. Vacado este último asumió Dina Boluarte.


El gobierno de Pedro Castillo fue terrible. Repleto de personajes antisistema, oportunistas, vinculados a terrorismo, ignorantes y poco preparados. Para vergüenza de la UNMSM, Aníbal Torres fue su paladín y su más próximo aliado. Castillo y Torres intentaron dar un golpe de Estado y fracasaron. Pero en el tiempo que gobernó, Castillo aplicó las enseñanzas de Cerrón y creó su propia red de corrupción. 


Dina Boluarte inició su gobierno con una masacre sin precedentes. Escogió a Alberto Otárola para que le cuide las espaldas mientras ella jugaba a ser la ‘madre de todos los peruanos’. Su gobierno no solo lleva una marca sangrienta sino también la marca de los Rolex. Similar a la corrupta Imelda Marcos de Filipinas y su colección de mil zapatos, Dina habría acumulado una colección de relojes de lujo que no cuadrarían con sus ingresos. La SBS también anunció que entre el 2016 y el 2022 recibió cerca de 1,1 millón de soles en sus cuentas bancarias, entre las que habría cuentas mancomunadas con amigos suyos, como Vladimir Cerrón. El panorama parece empeorar si recordamos que, curiosamente, Vladimir Cerrón, a quien Dina le llevó las cuentas durante un tiempo, fue condenado a prisión durante su mandato y hasta ahora se encuentra como no habido. 


En China, La Banda de Cuatro intentó continuar las políticas revolucionarias y radicales de Mao y fracasaron. En Perú, Pedro Castillo y Dina Boluarte, junto a sus leales premieres Aníbal Torres y Alberto Otárola, respectivamente, si bien no intentaron plasmar el Plan de Gobierno comunista de Cerrón, sí continuaron con su red de corrupción. Aunque Cerrón no está muerto, sí está prófugo y sigue burlándose de todos desde la clandestinidad. El legado de Cerrón no es tan sangriento como el de Mao, pero sí corrupto. Castillo, Torres, Boluarte y Otárola, la Banda de los Cuatro de Cerrón, son la herencia de Perú Libre, una herencia infame de la que espero pronto estemos libres. 


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